El planeta loco by AA. VV

El planeta loco by AA. VV

autor:AA. VV. [AA. VV.]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Relato, Ciencia ficción
editor: ePubLibre
publicado: 1977-01-01T00:00:00+00:00


FRITZ LEIBER

LOS SUEÑOS DE ALBERT MORELAND

The Dreams of Albert Moreland.

Pienso en el otoño de 1939, no como el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, sino como el período en el que Albert Moreland soñó el sueño. Los dos sucesos —la guerra y el sueño— no se encuentran, empero, divorciados en mi mente. Ciertamente, temo a veces que exista alguna conexión entre ambos, aunque se trataría de una conexión que ninguna persona en su juicio consideraría seriamente.

Albert Moreland era, y quizá lo sea todavía, un profesional del ajedrez. El hecho tiene un peso importante en relación con el sueño o sueños. Consiguió la mayor parte de sus exiguos ingresos jugando en un pasaje del bajo Manhattan, aceptando a todos sus contrincantes: al entusiasta que lo pasa bomba intentando batir a un experto, al taciturno que incide en el ajedrez como en una droga y al arruinado que se siente tentado a comprar media hora de dignidad intelectual por veinticinco centavos.

Después de haber conocido a Moreland, merodeé a menudo por el pasaje y lo vi jugar a veces hasta tres y cuatro partidas simultáneamente, haciendo caso omiso de los chasquidos y zumbidos de los billares y las intermitentes detonaciones de la galería de tiro al blanco. Ganaba quince centavos por cada triunfo, quedándose la casa el dinero restante. Si perdía, ni él ni la casa obtenían un céntimo.

En ocasiones advertía que demostraba excesiva pericia para lo que se necesitaba en aquel lugar. Había ganado alguna que otra partida jugando con maestros internacionalmente famosos. Un par de clubs de Manhattan habían querido presentarlo como candidato en las grandes competiciones, pero su falta de ambiciones lo habían mantenido en la oscuridad. Yo tenía la impresión de que consideraba al ajedrez demasiado trivial para merecer una seria consideración, por más que no fuera ajeno a sus pasiones su permanencia en el pasaje, esperando alguna cosa realmente importante. En una ocasión aumentó sus ingresos jugando con el equipo de un club, obteniendo hasta cinco dólares.

Me encontré con él en la vieja casa de oscura piedra donde ambos teníamos una habitación en el mismo piso. En aquel lugar me habló por vez primera del sueño.

Acabábamos de jugar una partida y yo contemplaba ocioso las piezas esparcidas fuera del tablero y amontonadas en un pliegue de la manta de su cama. En el exterior, un quejumbroso viento remolinaba la seca tierra. Hubo un repentino ruido de tráfico y el zumbido de un defectuoso letrero de neón. Yo había perdido pero estaba contento de que Moreland jamás me dejara ganar, como a veces hacía con los jugadores del pasaje a fin de confiarlos. Para mis adentros me sentía realmente afortunado por haber podido jugar con Moreland, sin saber entonces que yo era probablemente el mejor amigo que tenía.

Yo había dicho algo, obviamente concerniente al ajedrez.

—¿Cree que ha sido una partida complicada? —inquirió, mirándome con intención burlona, sus oscuros ojos semejando ventanas redondas abiertas bajo pesados párpados—. Bueno, tal vez lo haya sido. Aunque juego una partida mil veces más complicada en mis sueños de cada noche.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.